sábado, abril 21, 2007

Casi 0


Llegas como las nubecillas de abril. Da gusto salir a la calle, la gente pasea, aunque ahora el aire me sabe distinto, es más denso, y palpita con un peso añadido que antes nunca tuvo.


Que sepas que la vida es un tránsito, un comodín, un ventanal de prestadillo al cual te asomas con rabia, poseído por el turno incuestionable. Bienvenido seas, bien hallado, Welcome!... Y ahora, a los treinta y pocos años, la vida nos afana por regalarnos con tu presencia. No te reconozco aún. No sé quién eres. Ni sé cuando podrás leer ni entender mis palabras. Tal vez ni te lleguen y sean palabritas arrojadas al limbo... ya se están volviendo amarillas tan pronto se posan en este papel. Quisiera encerrar mi voz en una botella de vidrio verde, ponerla un tapón de corcho y dejar que se pierda por los rincones de la casa, entre los baúles, en el armario, dentro de la americana parda para que llegado cualquier día te las encuentres y las recibas como bien nos recibes ahora mismo, en un día primaveral como éste, con los almendros y sus flores despanzurradas por las aceras, con un sol que sabe a gloria y a tomillo húmedo, una luz que se sale de todos los rincones, un cielo que pelea por ser platino y ser oro.
Lo primero: hay un olor hermoso y terrible en el mundo al que llamas. Todo es fácil, complejo a un tiempo, es la figura de color indescriptible que unos pintan de rojo y otros contagian de verde: en tu rostro se interpreta la tonalidad exacta. Y la historia más formidable encierras dentro de tu ovillo, del cual ahora eres ni siquiera el cabo, y del cual saldrá un amplio sueter, o quizás un pequeño abrigo acogedor, tal vez un cómodo pullover. Serás el tejedor de sueños, y nosotros un poquito responsables de los dibujos, de los motivos que allí reproduzcas.

Veo otros niños y te imagino. Quiero pensar que vienes, y serás llamado con fuerza, con intensidad, invocando la lluvia tras la sequía más perenne y yo entonces me sentiré un poco hilo, un poco talismán. El mago indio que transforma la lluvia en río, y la corriente en mar: y el mar, en nubes.