lunes, noviembre 21, 2005

Diseño Inteligente



El viejo Darwin paseaba aquella tarde con la tortuga, que bien sabido por todos, es un animal bastante más longevo que la especie humana. Hablaban descuidadamente. A Darwin le gustaba de aquella tortuga especialmente sus esquivos y lentos devaneos oratorios. Darwin le decía:

-Si Dios existiera habría sabido organizar una especie diferente.

Hubo un largo silencio. Los jilgueros brincaban sobre las ramas de un abedul próximo. De improviso, la tortuga le respondió.

-¿Diferente?- sus pesadas mandíbulas construyeron las palabras lentamente.
-Quiero decir más justa; Menos infame y terrible.
-¿Terrible?
-Fíjate en las hormigas: supervivencia pura, siempre sacrificando el interés del individuo. No existe egocentrismo. Son criaturas del planeta.

Llegaron a un acantilado. El sol equinoccial, rudo y exigente se ponía. Darwin se limpió el sudor que resbalaba del cuello de su hermosa camisa de lino.

-Él nos hubiera regalado esta maravilla sin ponerla bajo riesgo- y luego la tortuga concluyó aquel pensamiento, tras otro silencio -:Homo homini lupus.- Fue una frase sin par, larga, como hacía tiempo que no se escuchaba de boca de tortuga.

Darwin reclinó la mirada como confirmando la frase de su amiga y del bolso interior de su chaqueta tomó su libro de Tomás de Aquino para leerlo en voz alta.

De esta guisa, disfrutaron de las palabras del filósofo y sin darse cuenta les llegó la completa oscuridad de la noche.

Los dos ancianos reemprendieron su postrero viaje, de retorno a casa. Sus vidas se extinguían a cada paso que daban, aunque a sus pies, sin percibirlo tan siquiera, nuevas y extravagantes formas prosperaban azarosamente en la veleidad discreta de la existencia.

jueves, noviembre 17, 2005

"Gran Eva"


Mikelow:

en las calles de Manhattan
hoy los ejecutivos se masturban,

y se hacinan reservados
para cuadrar sus números impíos.

Hoy he visto sus burdeles,
vi los parkings de los bancos repletos;

Allí, fornicaban con los mendigos,
en la danza sorda de la "Gran Eva"


PD: Espero que aún recuerden a nuestro entrañable detective, Mikelow.

lunes, noviembre 14, 2005

Descuentos


La semana pasada fue complicadilla en mi vida profesional. Hasta tres veces me negaron. Esperé por puertas que finalmente no se abrieron y busqué palabras que nunca me llegaron.

Los siguientes haikus son el rescoldo de aquellos avatares. Cada uno de ellos encierra una lección aprendida.

*

El tigre dormita ocioso.
Hoy la presa disfruta con
la tregua descontada.

*

'Quick wins', 'Quick wins'!
Arenga el ejecutivo,
atormentado granjero de vanidades.

*

Hubo sumado, amasado dineros
y reconciliado descuadres;
Salvo las ganancias,
no hizo apaño de su vida descontada.

*

El poder del castillo
no reside tanto en el rey
como en las celadas del camino
y sus murallas.

lunes, noviembre 07, 2005

Haikus del Lunes


Uno

Son tiempos breves para el zángano,
muerto tras el acoplo,
más también para el expulsado por la colmena,
expirando ya su plazo.

Dos

En la bocana del puerto
las despedidas son
parte salitre,y parte,
océano barruntado.

Tres

Por momentos,
el éxito
y el fracaso saben igual.

Después, el tiempo discierne con entendimiento.

jueves, noviembre 03, 2005





Como en los patios de vecindad, siempre hay vecinos que tienden a mirar de puertas adentro. Son los vecinos que insistentemente nos exigen ampliar sus terrazas, que dejen colgar su aire acondicionado o piden bajar siempre la cuota, que joder, siempre se paga mucho. Así siempre, pidiendo, pidiendo, pidiendo..

Sé que es mal ejemplo, oigan, no tengo otro.
El otro día viajaba a Lanjarón. Y digan lo que digan no vi frontera alguna. Las montañas ni se enteraban de los colorines y líneas que los políticos trazan en los parlamentos, los olivos se entretejían al norte de Despeñaperros como si na. Por que son olivos y no personas para ver un posible monopolio del aceite de Jaén, por ejemplo. Crecen donde crecen.

Pocas cosas sé, pero esta es una de ellas: el hambre no admite patrias. Yo mismo soy inmigrante. Lloro, penita pena, el despoblamiento de Castilla. Mi madre me dijo que mi casa era aquella que sabría darme de comer. Y sin embargo, pobre Castilla mía, su mesta, sus caminos, sus almenares, qué solitos se nos están quedando.

Pero por otro lado, abro los libros de historia y ¡Dios mío!, que no me atrevo a decir quién tiene más historia, y cuántas arrobas de papel pesan más, si la tuya o la nuestra. ¿No les parece arrogante? Como si la historia pasara gacha por ciertas comarcas, ufana, entretenida en labrar tan solo las diferencias de algunos.

He visto a viejecitos del Bierzo hablando en su particular lengua de valle y sierra de Ancares, mezcolanza y riqueza por si sola: ni gallego, ni leonés, ni nada. Era un todo.

Y para no cansar: Ayer hice mis deberes. He leído el Estatut, disculpen la mención política, ayer escuché a partes y contrapartes y por el momento, oigan, que no me entero. Que me lo expliquen Vds.

Para pasar el rato, leo a Benedetti. Sé que no tiene nada que ver con el asunto (¿o no?), pero mientras nos aclaramos, tenemos un punto de reflexión (o de inflexión). Que bien hace falta.

La nación es una manzana
una roja invitante manzana
y no sabremos quién la morderá

la nación es una corneta
una ronca gastada corneta
y no sabemos quién la sonará

la nación es una langosta
una atlética horrible langosta
y no sabemos quien la matará

Ah, nosotros estamos por la Reforma
o sea ahogar las cornetas en su tinta
y comer las manzanas con su cáscara
e invitar las langostas al té de los domingos

claro que estamos por la Reforma
o -en otras palabras- contra la Reforma
y ya que el prestigioso colega nos recuerda
que el once por ciento de nuestros lactantes
son comunistas y útiles cretinos
nuestro próximos slogan tendría que ser
démosles biberones con arsénico

así estaremos moralmente preparados
para regar con método y tal vez con piedad
la tierra de los hombres de buena voluntad.