domingo, marzo 16, 2008

Imagine



Pero presten atención a la última mirada del vídeo, un instante antes de su fin, en el silencio, con aquellos pajaritos de fondo. Era Lennon despidiéndose. Era su deseo para antes de marchar lejos, era su capital contribución al desaliño humano.
Yoko y Lennon pasean para alcanzar el mundo mágico de la utopía de las palabras, el no lugar a donde nadie ya acude, el caserón tan albo como la muerte, y es también aquel piano que ha crecido en nuestras cabezas, porque fueron los años 80, inaugurados con el cadáver caliente del músico. Hay canciones bellas y otras que nunca nos pertenecen y ésta es una de las últimas, porque Lennon se llevó su espíritu a la tumba y desde entonces todos nos sentimos humillados al escuchar “Imagine” y saber lo lejos que estamos de su sueño. Yoko pierde la mirada, parece una virgen entretejida y yo siempre he pensado que el tiempo se nos quiebra, y que esta canción hizo torcerse los goznes, y que por segundos hubo algún arresto de fuerzas para retomar nuestro camino de bien.
Desde entonces no creo en los cantos a la paz, y sí en el marketing que confabula a los titiriteros, y yo quisiera colgarme un escapulario con la virginal Yoko, aunque siempre llegará el silencio, fíjense, justo al final del vídeo, donde no me puedo quitar de encima el rostro de Lennon que ha dejado de mirar a cámara y lo tuerce y justo entonces, sólo entonces, la virgen le sonríe.